El gobierno brasileño tiene preparados 6 planes para disminuir los costes a las empresas y modernizar los medios de transporte brasileños ...
El gobierno brasileño tiene preparados 6 planes para disminuir los costes a las empresas y modernizar los medios de transporte brasileños
La presidenta Dilma Rousseff prepara distintas privatizaciones en sectores clave del transporte tras consultar a grandes empresarios del país
Alberto Órfão (@a_orfao)-. La revista brasileña Veja publica esta semana un amplio reportaje sobre el paquete de medidas que, probablemente, propondrá la presidenta Dilma Rousseff para, como ella misma ha afirmado, "desatar el nudo en Brasil". Entre las medidas podemos encontrar la privatización de puertos, aeropuertos, carreteras y líneas ferroviarias. Una decisión que no parece haber sido fácil pero que tuvo su punto de partida en la segunda reunión que la máxima mandataria brasileña tuvo con los pesos pesados del empresariado brasileño en mayo.
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Foto: Blogspot.com |
La propia revista Veja ha calificado el paquete de medidas de "choque de capitalismo" en Brasil. La palabra 'privatización', que fue demonizada durante el gobierno de Lula e incluso por la propia Dilma durante la campaña presidencial de 2010, aún continúa sin salir de la boca de la presidenta que prefiere utilizar el término 'concesión'. Una concesión en una escala inédita.
El gobierno brasileño va a transferir a la iniciativa privada la construcción y administración de, por lo menos, cinco puertos marítimos, 50.000 kilómetros de carreteras, 12.000 kilómetros de líneas de ferrocarril y cinco aeropuertos, incluyendo los de las principales capitales -con vista a los Juegos Olímpicos de 2016-.
El inicio del "paquete de inducción del crecimiento", nombre que ha recibido el conjunto de seis planes que emitirá el Palacio del Planalto, surgió el día 22 de marzo con la primera reunión de la presidenta con los grandes empresarios brasileños. Al inicio del encuentro, preguntó a los invitados sobre los problemas que dificultaban sus negocios. Las reclamaciones convergían hacia la misma dirección: fallos en logística e infraestructura, carga tributaria pesada y las consecuencias de la cada vez mayor desvalorización del dólar frente al real.
Con estas directrices, Dilma convocó un grupo de trabajo del gobierno para trabajar en las soluciones. En este momento, Rousseff ha vuelto a demostrar su autonomía del anterior gobierno. Los petistas (miembros del Partido de los Trabajadores) más radicales quedaron excluidos desde el primer momento de las conversaciones. En cambio, Nelson Barbosa, secretario ejecutivo del Ministerio de Hacienda, o Luís Inácio Adams, abogado general de la Unión, sí fueron escuchados por la presidenta.
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Foto: Europa Press / Agencia Brasil |
En palabras de la propia Dilma hacia los empresarios "el año 2012 está perdido" para Brasil y "ahora hay que trabajar para ganar 2013 y 2014". Con esto en la cabeza, hoy, 15 de agosto, será anunciada la primera de las etapas de un plan que irá desmembrando poco a poco la presidencia a lo largo de las próximas cuatro semanas.
Al mismo tiempo, las huelgas aumentan a cada momento y a la ya duradera huelga de profesores y alumnos de universidades e institutos federales (que comenzó el día 17 de mayo) se une la de servidores públicos, entre los que se encuentra la Policía Federal. Esta situación está ocasionando un clima negativo para el gobierno del PT en Brasil y que puede llegar a traducirse en una pérdida económica de miles de millones de reales. Una cantidad que sería mucho menor de haber buscado el gobierno una negociación más amistosa con los sectores afectados.